CATEDRA: GEOGRAFIA TURÍSTICA III ESPACIOS MUNDIALES

Bienvenidos al Blog de Trabajos Prácticos de Geografía III

Alumnos:
* ARRIOLA, Andrea
*CABALLERO, Matías
*CACERES, Martín
*GONZALEZ, Martín
*GUERRERO, Lorena
*MEDINA, Paola
*QUINTANA, Lucas
*RODRIGUEZ, Romina
*VALLEJOS, Lorena

lunes, 19 de septiembre de 2011

PORTUGAL

PORTUGAL

















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Su capital es Lisboa, está situado en el sudoeste de Europa, en la Península Ibérica. Limita al este y al norte con España, y al sur y oeste con el océano Atlántico. Comprende también los archipiélagos autónomos de las Azores y de Madeira, situados en el hemisferio norte del océano Atlántico. Es miembro de la comunidad europea.

Abarca una superficie total de 92391 k2. El idioma oficial, y el mas hablado es el portugués.

Actualmente, no se encuentran disponibles vuelos directos (sin escalas) entre Argentina y Portugal. Lo más recomendable sería arribar al destino haciendo una escala en San Pablo (Brasil) o en Barcelona (España)-

Aeropuertos:

El Aeropuerto de Lisboa se encuentra a 7km al norte del centro de la ciudad.
El Aeropuerto de Faro se encuentra a 4km al oeste de la ciudad.

El Aeropuerto de Oporto se encuentra a 20km de la ciudad.

Puertos principales:

Lisboa, Leixões (Oporto), Funchal (Madeira) y Portimão (Algarve).


Requisitos para viajar a Portugal:

• DNI

• Pasaporte

QUÉ VISITAR EN PORTUGAL:

ISLAS MADEIRAS:

La Región Autónoma de Madeira se encuentra en el Océano Atlántico. Pertenece a Portugal y su población es de unos 250,000 habitantes.

Se la conoce como la Perla del Atlántico. La Región de Madeira cuenta con dos Islas habitadas, una, la principal, Madeira, y la otra es la Isla de Porto Santo. También cuenta con algunas islas no habitadas. Madeira es una isla en cuya región encontramos otras islas todas ellas de origen volcánico.

Es una isla ideal para disfrutar del sol, de buen clima, no en vano su ubicación está a 400 kilómetros al norte de Canarias y a 800 al sur de la Península Ibérica, ya en el continente africano geográficamente hablando. Madeira, Porto Santo y las Islas Salvajes constituyen las islas que conforman esta región liderada por Madeira, donde se puede disfrutar de increíbles playas, sol, hoteles, apartamentos, restaurantes, villas, casas rurales, así como de la posibilidad de disfrutar de numerosas actividades al aire libre.

La principal ciudad de Madeira es Funchal, ciudad que encontramos en la isla principal de este archipiélago.

La Isla de Madeira, la más importante del archipiélago, cuenta con una superficie de 750 kilómetros cuadrados, y en ella, así como en la otra isla habitada, Porto Santo, encontramos ciudades como Funchal, Porto Santo, Santa Cruz, Cámara de Lobos oMachico.

SITIOS DECLARADOS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD.

Isla del Pico:

Es un sitio clasificado por la UNESCO. Abarca un área de 987 hectáreas en la isla del Pico, la segunda en tamaño del archipiélago de las Azores. La zona clasificada incluye un notable patrón de muros lineales paralelos y perpendiculares a la línea de costa rocosa. Los muros fueron construidos para protección de los millares de pequeñas y contiguas parcelas rectangulares (designados 'currais') del agua del mar y del viento. Registros de esta viticultura, cuyos orígenes datan del siglo XV, se manifiestan en la extraordinaria colección existente en casas particulares, solares de inicio del siglo XIX, bodegas, iglesias y puertos. Este bellísimo paisaje construido por el hombre en este lugar son los restos de una práctica antigua que abarcaba la región azoriana.

La ciudad histórica de Guimarães:

se encuentra asociada al nacimiento de la identidad nacional portuguesa en el siglo XII. Constituye un ejemplo excepcionalmente bien conservado de la evolución de una localidad medieval hacia una ciudad moderna. La rica tipología edificada muestra el desarrollo de la arquitectura portuguesa entre los siglos XV y XIX, con el uso continuo de técnicas y materiales de construcción tradicionales.

El Convento de Cristo:

Perteneció a la Orden del Temple y es uno de los principales monumentos de la arquitectura portuguesa. Fundado en 1162 por el Gran Maestre del Temple en Portugal, don Gualdim Pais el Convento de Cristo aún conserva recuerdos de esos monjes caballeros y de sus herederos en su cargo, la Orden de Cristo, que hicieron de este edificio su sede. Bajo el Infante D. Henrique el Navegante, Maestre de la orden desde 1418, fueron construidos el claustros entre la girola y la fortaleza de los Templarios, pero las mayores modificaciones se ejecutan en el reinado de Juan III de Portugal (1529-1557). Arquitectos como João de Castilho y Diogo de Arruda procuraran expresar el poder de la Orden construyendo la iglesia que alcanzarán su máximo esplendor en la portada principal firmada por Juan de Castillo y las dos ventanas de la fachada occidental, la inferior de Diego de Arruda y la superior de Castillo, y los claustros, dos de ellos góticos y seis en estilo renacentista de diseño de Juan de Castillo.

Se trata de una construcción periurbana, implantada en lo alto de una elevación que domina la planicie donde se extiende la ciudad. Está circundado por las murallas del Castillo de Tomar.

Actualmente es un espacio cultural, turístico y aún devocional. La arquitectura contiene elementos románicos, góticos, manuelinos, renacentistas, manieristas y barrocos.


Monasterio de Batalha:

Se sitúa en Batalha, Portugal, y fue mandado edificar por el rey Juan I como agradecimiento del auxilio divino y celebración de la victoria en la Batalla de Aljubarrota. Es uno de los mejores y más originales ejemplos de la arquitectura gótica tardía en Portugal, mezclado con el estilo manuelino. Se sorprende al espectador con su profusión de frontones, chapiteles, pináculos y contrafuertes. Se ha convertido en un símbolo de orgullo nacional.

Lisboa y su región

De Leiria a Setúbal, la Región de Lisboa, con epicentro en la capital, tiene atractivos para todos los que quieren relajarse.

Las playas son todas excelentes y de clima ameno. Si le gusta dormir hasta más tarde puede quedarse más al norte donde, a veces, las brumas envuelven las mañanas de São Pedro de Moel, São Martinho do Porto con su bella bahía, Foz do Arelho, e incluso Santa Cruz y Ericeira.

Más al sur, tiene playas tan bellas como la de Azenhas do Mar, Praia das Maçãs y Praia Grande, Guincho o todas las de la costa de Estoril, atravesando después el Tajo en dirección a las animadas playas de la Costa de Caparica, las preciosas playas de Arrábida o de la Península de Tróia. Las olas del norte están esperando a los aficionados al surf, kitesurf y otros deportes más activos, mientras que al sur de Lisboa puede frecuentar las playas naturistas de Meco o nadar con delfines cerca de Setúbal.

Al norte o al sur, el Patrimonio artístico y cultural es tan rico que no se puede mencionar todo, basta con decir que cuenta con varios monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad. Pero sí podemos decir que encontrará una bella cerámica en Alcobaça y Caldas da Rainha, festivales gastronómicos y rutas del vino por toda la región, ferias y romerías por todas partes, especialmente durante el verano.

Bañada por el sol y por la luz del sur, la región de Lisboa está esperando su visita.

Sintra

Sintra es uno de esos lugares llenos de magia y misterio donde la naturaleza y el hombre se combinan en una simbiosis tan perfecta que la UNESCO la clasificó como Patrimonio de la Humanidad.

Si en lo alto de la sierra, el siglo XIX vio nacer el Palacio de Pena, fruto del sueño de un rey artista, D. Fernando de Saxe-Coburgo Gotha, las faldas de la montaña se vieron salpicadas de palacetes como Monserrate, envuelto en la exuberancia de su parque exótico y de quintas como la Regaleira, para transportarnos al mundo de los símbolos iniciáticos.

Paseando por Sintra puede descender al neolítico en Tholos do Monge, disfrutar del horizonte en las murallas del castillo de los Moros, sentir la austeridad del Convento de los Capuchinos, sensibilizarse en los rincones del Parque da Pena, lugar de amor y de exotismo.

En el centro histórico de la ciudad, haga un apasionante recorrido por el pasado de la Humanidad, por calles laberínticas, escalerillas y arcadas.

En el medio descubrirá fácilmente las enormes chimeneas del Palacio Nacional. Es la más fascinante construcción regia de Portugal, seductor conjunto de múltiples gustos que le otorgan una extraña belleza. Dentro de sus paredes sentirá los ecos de la noticia que recibió D. Manuel I de los descubrimientos de la India y de Brasil o de la voz de Luís de Camões recitando las "Lusíadas”"para el rey D. Sebastián. Y ver la azulejería mudéjar más vasta y rica de la Península Ibérica. "El lugar más bienaventurado de todo el mundo habitable" le espera.

Playas y Cabo de la Roca

Conozca las playas de la Costa de Sintra, de arena dorada y fina bañada por el Atlántico. Disfrutará de las playas de São Julião, Maçãs y Praia Grande.

La Playa das Maçãs, cerca de Colares, es un centro de ocio donde puede recrearse con baños de sol y mar y contemplar el paisaje entre la Sierra y el Atlántico.

Playa Grande, una de las más solicitadas de la zona de Lisboa, muy apreciada por bañistas y surfistas, es escenario de diversas competiciones nacionales e internacionales ligadas al deporte de tabla, como el surf, bodyboard y skimming. Si prefiere un "mar" más tranquilo, arriba en el acantilado, tiene a su disposición una piscina de agua salada.

Desde Sintra, dé un paseo en tranvía hasta la Playa das Maçãs. Le recordará tiempos pasados y podrá apreciar mejor el paisaje.

La visita a la Costa de Sintra no será completa sin ir al Cabo de Roca, punto más occidental de Europa, «donde termina la tierra y empieza el mar».

La Ruta del Vidrio

La Ruta del Vidrio es un programa turístico-cultural que da a conocer el Museo del Vidrio y las empresas vidrieras de Marinha Grande y Alcobaça, incluyendo en esta última el centro de visitas de Atlantis, la prestigiosa marca de cristal, que aquí tiene su sede.

En realidad, en estas dos ciudades no muy lejos de Lisboa, está implantada, desde hace siglos, la más importante industria portuguesa del vidrio y del cristal, muy ligada, por la fabricación de botellas de vidrio, a la antiquísima industria vinícola del país.

El Museo del Vidrio está alojado en una antigua fábrica fundada en el siglo XVIII, la Real Fábrica del Vidrio, y muestra vidrios y cristales de varias épocas y centros de fabricación, así como maquinaria y utensilios asociados al arte e industria del vidrio a lo largo del tiempo.

En este programa puede observar en vivo el arte secular de soplar el vidrio, dejándose deslumbrar por la magia del fuego dominado por las expertas manos de artesanos vidrieros. Puede asimismo comprar piezas de gran fascinación, entre las cuales también destacan las de diseño.

Desde las más antiguas a las más vanguardistas, esta ruta cuenta la historia de una industria y de un pueblo que hace 250 años trabaja el arte del vidrio.

Santarém

Santarém es una bonita ciudad al norte de Lisboa, encumbrada en lo alto de una altiplanicie, donde, desde el Jardín y Mirador de Porta do Sol, se obtiene una vista espléndida sobre el Tajo y su vega.

Porta do Sol es una de las dos únicas puertas que quedan de las murallas defensivas de la ciudad, que tuvo gran importancia en la Edad Media, período en que adquirió la mayoría de su rico patrimonio artístico y cultural. Puede empezar aquí la visita a Santarém para conocerla a través de los circuitos temáticos de sus monumentos.

Empiece por la Iglesia romano-gótica de S. João de Alporão, donde se alberga el Museo Arqueológico de Santarém, y vea después algunos de los tesoros góticos de esta ciudad, como la Iglesia de Graça, la iglesia de Santa Clara o la Iglesia de Santa Maria de Marvila.

Merece también una visita el Santuario del Santísimo Milagro y el Núcleo Museológico del Tiempo, instalado en la Torre das Cabaças, una de las primeras torres de reloj construidas en el país.

Tampoco debe perderse en Santarém el Festival de Gastronomía, la principal muestra gastronómica del país, que tiene lugar en la segunda quincena de octubre, ni la Feria Nacional de Agricultura, en la primera semana de junio.

Tomar y su Convento

La mayor y más preciosa obra del Renacimiento en Portugal se encuentra en la ciudad cuna de los Templarios - El Convento de Cristo, en Tomar.

El edificio más antiguo de este conjunto monacal, la Charola, data de finales del siglo XII. Su origen es sirio aunque a lo largo del tiempo sufrió varias intervenciones que culminaron en la maravillosa obra manuelina, que mereció la clasificación de Patrimonio Mundial por la UNESCO.

En tiempos del rey D. Manuel I, la Charola fue adaptada como capilla-mayor, abriéndose en la época el deslumbrante pórtico renacentista, en el que se representa la coronación de la Virgen. La auténtica perla para quienes visitan el Convento de Cristo es la famosa Ventana Manuelina de la Sala del Cabildo.

El Bosque Nacional de Siete Montes rodea y cerca el Convento de Cristo.

Buen ejemplar de jardín romántico tardío, que conjuga zonas abiertas con otras de densa sombra y caminos serpenteantes. El bosque todavía guarda vestigios arquitectónicos del siglo XVII y cuenta asimismo con un circuito de mantenimiento para hacer ejercicio físico.

No salga de Tomar sin conocer el Castillo de los Templarios, Casa-Madre de la Orden Militar del Temple y ejemplar de arquitectura militar del siglo XII.

Además de haber presenciado las luchas de la Reconquista Cristiana, la ciudad también conserva un interesante testimonio de la religión hebrea, la Sinagoga de Tomar. En nuestros días sirve de sede al Museo Luso-Hebreo de Abraão Zacuto.

Turismo en las aldeas

Paséese por los castillos y aldeas del Alentejo, donde dispondrá del tiempo y espacio que necesita para disfrutar de unos días tranquilos.

Diríjase hacia el Sur y siga las carreteras secundarias. El pretexto para este viaje es visitar las aldeas y pequeños pueblos, que todavía mantienen las costumbres y productos regionales de calidad. Los ambientes son tranquilos y el tiempo da para descansar, saborear la naturaleza y conocer el patrimonio.

Aprenda las historias de los monjes caballeros de Flor da Rosa, aprecie el paisaje desde el castillo de Evoramonte y pase unos días en la aldea de São Gregório.

Monte en bicicleta en Telheiro, escuche el cante alentejano en Pias, y zambúllase en el mar tras visitar Santa Susana.

Son ideas para pasar el tiempo. Empiece por una u otra pero póngalas en práctica todas. Sobre todo no deje de pasar unos días tranquilos en la calma del Alentejo.

Para dormir plácidamente, en todas las aldeas encontrará la hospitalidad de las casas de Turismo en el Espacio Rural y una gastronomía elaborada con los sabores de la tierra.

Pueblo de Évoramonte

A lo lejos, el castillo medieval de Évoramonte parece suspendido en el horizonte. La Sierra da Ossa y la enorme extensión de alcornoques y olivos completan el escenario.

Si busca sosiego lo encontrará en Évoramonte. Dentro de las murallas, dos calles tranquilas conforman la aldea. En el centro, su punto más alto, está la gran Torre del siglo XVI, amarrada por tres cuerdas de piedra, que dan la vuelta al monumento y terminan en un gran nudo.

Saboree la gastronomía local en uno de los tres restaurantes, ya sea arriba, contemplando el paisaje, o en la parte nueva del pueblo fuera de las murallas.

Aproveche y dé un paseo en bicicleta. Para apreciar mejor la región, alójese en una de las casa de Turismo Rural que por aquí existen.

No deje de visitar el valioso patrimonio arquitectónico de Estremoz o de Évora, dos ciudades alentejanas, que sin duda disfrutará.

Refugio en Porto Santo

En Porto Santo encontrará su refugio, el lugar donde todo sucede a un ritmo tranquilo, que puede ofrecerle unas vacaciones inolvidables.

A sólo 2 horas y media en barco o, si lo prefiere, a sólo 15 minutos en avión desde Madeira, se encuentra una de las islas más bonitas y paradisíacas de Europa: Porto Santo.

Rodeada de escenarios naturales que varían a lo largo de kilómetros de tranquilas playas y el azul profundo de un mar tranquilo y cálido, esta pequeña isla es el lugar ideal para huir del estrés cotidiano.

Si le gusta la playa, se sentirá en el paraíso. Relájese en un arenal fino y dorado, que se extiende a lo largo de 9 km, famoso por sus propiedades curativas. Sumérjase durante todo el año en un mar tranquilo de aguas limpias y tibias. No deje de someterse a un tratamiento antiestrés, que el nuevo Centro de Talasoterapia podrá proporcionarle.

Si prefiere liberarse del estrés de una forma más activa, sepa que la isla le ofrece una gran variedad de actividades al aire libre - paseos en barco, pesca deportiva, buceo, windsurf, esquí acuático, BTT o parapente.

Pasee por las calles de la pintoresca ciudad de Vila Baleira y observe el ritmo de vida relajado y sereno que se vive aquí.

Después de un día muy ocupado, relájese en las terrazas junto a la playa o en los bares y discotecas repartidos por toda la ciudad. Aquí encontrará el otro lado de la vida: el de la tranquilidad.

Playa de Porto Santo

Paséese por las playas de arena dorada y fina y sumérjase en las aguas transparentes. Goce del sosiego de esta isla perdida en medio del océano.

Extienda su toalla en las finas arenas de propiedades terapéuticas y relájese. Tome un baño de mar y refrésquese en las aguas cristalinas de este lugar de excepción.

Descanse. Pero si desea actividad, tiene a su disposición la posibilidad de practicar varios deportes, como el surf, kitesurf, parasailing o buceo.

Alquile una moto, un jipe o una bicicleta y recorra la isla. Vaya donde le lleven los caminos.

Conozca el lado salvaje de esta isla, que todavía tiene mucho por explotar turisticamente.

Salga a cenar a uno de los restaurantes de la isla. Disfrute del lujo de ser recogido en el lugar donde quiera que esté. Pruebe las famosas espetadas (brochetas) o un pescado a la parrilla acompañado con torta de maíz frita.

Y al final de su estancia verá qué querrá volver.

Playas en la costa de Aveiro

Son necesarios siete días para descubrir los arenales más extensos de Portugal en las playas de la costa de Aveiro, Figueira da Foz y Leiria. Playas largas, con laderas resguardadas por dunas y pinares.

En Aveiro déjese deslumbrar por los colores de la ciudad, con el blanco de las salinas en la Ría, salpicada por los colores barcos que transportan sargazos, y no deje de probar los huevos dulces envueltos en obleas con formas marinas. Báñese en el azul límpido de la playa de San Jacinto, en plena reserva natural de las dunas de San Jacinto, o pase el día en la playa de Costa Nova, donde todavía se conservan las características casas de madera pintadas con rayas de vivos colores.

Un poco más al sur, llene sus pulmones en una playa rodeada de pinares - la playa de Palheirão. Justo al lado se encuentra Quiaios, localidad donde puede practicar parapente, lindando con Figueira da Foz donde le espera una animada vida nocturna.






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